El Miedo es Sagrado
Sagrado Miedo… Nos han dicho tantas veces que el miedo es quien bloquea el amor, que no deberíamos tener miedo. Y es así como nos han hecho tenerle miedo al miedo. El miedo es sagrado, por qué es una emoción primaria, se activa en nuestras glándulas suprarrenales, activando la Adrenalina y el Cortisol quienes a su vez activa la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la sudoración. Nuestras Suprarrenales, se activan al comando cuando llega un mensaje de miedo desde nuestro cerebro y desde allí empieza toda una danza interna del cuerpo, la mente y el espíritu para dar respuesta a eso que nos esta generando miedo. Los miedos pueden ser de muchas formas, pueden activarse desde lo físico, sin embargo creo y desde mi experiencia personal, hay muchos más miedos ocultos en nuestra psique que lo que nos lo pueda activar en el plano físico. Para mi esto aun sigue siendo un misterio. Estos últimos años, me le he querido dar la cara a los miedos, a veces sintiéndome como una niña chiquita y otra veces con una energía de mucha fuerza que me trae el recuerdo que todo estará bien. Y es allí dandole la cara al miedo en donde lo he reconocido como sagrado, sagrado por que me ha recordado la voluntad de vivir, por qué allí cuando se me encalambra el cuerpo, el alma y el todo ante eso que en algún momento se ve inmenso ante mi, sólo hay forma de sacar la voluntad, encender el sol interno y dar el paso para seguir decidiendo que queremos vivir. Cuando me estaba formando como Doula, la partera nos recordaba mucho ese momento que se desencadena en el parto. Cuando la mamá pasa por ese umbral del miedo, de la muerte, del no poder más, de sentir que hasta allí llego. Es un umbral que nos pone a prueba, no sólo a las mujeres parturientas de un ser humano. Es un umbral que se manifiesta en todas las cosas que necesitan ser paridas, proyectos, relaciones e incluso a uno mismo. Como dirían por allí es la prueba de fuego, que nos permite dar ese paso para poder crecer y aprender de esa gran sombra que habita con nosotr@s. Escrito por Nayra